El dólar vs. otras monedas en la industria avícola

El dólar siempre ha sido un dolor de cabeza para los latinoamericanos. pero ¿qué pasa en la industria avícola cuando es la moneda de curso legal en el país?

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El dólar siempre ha sido un dolor de cabeza para los latinoamericanos. Devaluaciones, control de divisas, restricciones y un largo etcétera conforman esta pesadilla para muchos, durante mucho tiempo (si no es que siempre).

Sin embargo, hay algunos países que han adoptado el dólar estadounidense como moneda de curso legal. Panamá desde hace más de cien años, pero también están el Ecuador y El Salvador, en la historia más reciente.

En estos últimos dos países he entrevistado a avicultores y les he preguntado cuál ha sido el impacto del uso del dólar en sus industrias avícolas. El gran impacto positivo es que hay muchas más posibilidades de planificar el futuro, pues se descarta la incertidumbre del tipo de cambio y los problemas financieros que eso conlleva. Los productores de alimentos balanceados o los avicultores integrados compran granos y oleaginosas a precios internacionales en dólares. Punto. Y lo mismo es con el material genético, maquinaria, equipos y cualquier otro insumo que requiera la producción avícola.

Todo esto, aunado a tasas de interés mucho más módicas, desvanece de alguna manera, la angustia e incertidumbre del futuro, para brindar tranquilidad. Pero como todo, también tiene su lado negativo: el de la competitividad. Estas economías relativamente pequeñas, no son competitivas en el mercado internacional. Si hay alguna ventaja de las devaluaciones de nuestros pesos, colones, bolívares, soles, quetzales, córdobas, lempiras o bolivianos frente al dólar de EUA es la posibilidad de tornarse competitivos para exportar.

Con las devaluaciones, se torna más caro comprar en dólares, pero seguirá habiendo cosas que seguirán siendo más baratas. Cuestión de enfoques y de ver qué es preferible: ¿pesos o dólares?
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