Hace unos días, leí una noticia de que una joven británica, hija de un agricultor de North Yorkshire, en el Reino Unido, había “salvado de la muerte” a 7,000 gallinas ponedoras, al apelar a muchas personas para comprarlas como mascotas por un euro cada una, a través de Facebook.
Muchos pensarán que es una joven muy linda, llena de ilusiones y buenas intenciones. Sin lugar a dudas lo es, pero sorprenden los argumentos tan ligeros y sin fundamento. Primero, dijo que, al llegar las gallinas ponedoras a las 71 semanas de edad, los huevos que ponen ya no cumplen con los estrictos estándares para venderse en los supermercados y que por eso las matan. ¿Se le ocurrió pensar que, la principal razón es que dejan de ser económicamente eficientes? No.
Luego, les “prometió” a los posibles compradores que “las gallinas aún darán huevos por muchos años”. ¿Acaso se preguntó a qué costo? Claro, una o dos gallinas no representarán gran cosa para una familia de clase media europea en cuanto al costo, pero seguro que les será más barato y cómodo, comprar una docena de huevos en el súper.
La supuesta “heroína”, como la llamaban, dijo que sus gallinas ponedoras tienen “temperamentos excesivamente amistosos, necesitan espacio suficiente para vagar y, sobre todo, son muy sociables”. ¿Qué es esto? ¿De dónde sacó estas conclusiones?
Es realmente sorprendente hasta donde está llegando la estulticia humana con los animales de los que nos alimentamos. Más sorprende la gente adulta que se lo cree. Y para colmo, los llaman héroes, y como en toda historia de héroes, hay villanos. En este caso, el villano es la industria avícola que “de forma despiadada mata a las gallinas”.
Luego se quejarán en el Reino Unido de brotes de influenza aviar y su devastador impacto en la industria avícola. O de la zoonosis. O de huevos caros. ¿Habrá para entonces un superhéroe que nos salve? ¿Ustedes qué piensan?
