Maíz suramericano: gracias por el precio y ¡adiós!

Otro récord en las cosechas de los mayores productores regionales, Brasil y Argentina, permite que sigan bajos los precios del principal insumo avícola. Sin embargo, poco de ese excedente llega a la avicultura latinoamericana.

Foto: Austin Alonzo
Foto: Austin Alonzo

Los avicultores de América Latina y el Caribe tienen una deuda especial con los grandes cultivadores de maíz amarillo duro de Argentina y Brasil, así no les compren directamente sus cosechas. La razón: los grandes suministros que aportan sus excedentes al comercio mundial del grano, hace que las cotizaciones internacionales permanezcan a la baja.

Son contados los otros países latinoamericanos autosuficientes en este maíz, con las contadas excepciones de Paraguay, Uruguay, Ecuador y Bolivia. No obstante, los demás vecinos de brasileños y argentinos, en virtud de tratados de libre comercio, compran el grano que tanto necesitan a Estados Unidos, el mayor productor y exportador mundial; quien, a causa de la gran producción suramericana, no impone unilateralmente los precios de venta. Juntos, Brasil y Argentina exportan maíz tanto o un poco más que los norteamericanos.

De acuerdo con el más reciente informe publicado por la Agencia de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), más de 55 millones de toneladas de maíz suramericano estarán disponibles en breve en el mercado mundial, aunque la producción de Brasil y Argentina, en total, alcanzará los 150 millones de toneladas (consumirán internamente menos de dos terceras partes de sus cosechas).

Muy poco de ese grano, que muchos consideran de mejor calidad y más fresco, nutrirá el negocio avícola de la región. Irá principalmente hasta Asia, Europa y el Norte de África. En este continente se quedarán menos de tres millones de toneladas de los 27 millones que se espera exportar Argentina; en tanto que del cereal brasileño se estima que serían poco más de dos millones de toneladas de sus 28 millones de excedentes previstos.

Perú, Venezuela, Chile y los países caribeños son los mayores compradores del maíz amarillo suramericano (sobre todo argentino), pero con niveles mínimos respecto a las ventas que hacen los Estados Unidos, que es el proveedor casi único en México y Colombia. Tratados comerciales más audaces, que diversifiquen esa dependencia, harían más interesante este aburrido panorama en el que los maiceros argentinos y brasileños solamente buscan nuestros puertos para acortar el camino hacia el Pacífico y sus tesoros asiáticos.

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