Puntos críticos de la cría y recría de reproductoras pesadas

El manejo de las aves debe realizarse tomando en cuenta las variables involucradas, principalmente ambiente y nutrición.

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Para que podamos extraer el máximo potencial reproductivo de las reproductoras, se hacen necesarias adaptaciones de manejo y nutrición a medida que surgen nuevas realidades de acuerdo con la evolución de la genética avícola. Todo eso exige que los profesionales del área se mantengan informados y atentos acerca del desempeño de los lotes, haciendo los ajustes necesarios para obtener buenos resultados técnicos y económicos.

Una recría bien conducida es imprescindible para alcanzar buenos resultados reproductivos, pues en ese periodo el ave forma la estructura corporal para la producción. Cualquier falla en esa fase puede comprometer irremediablemente el desempeño del lote durante toda la vida. Por ese motivo, los principales desafíos de manejo se evidencian en la recría, tales como: formación de la canal de tamaño adecuado a la producción; manutención de peso dentro del estándar de la línea genética con buena uniformidad; deposición de proteína y grasa en los niveles deseados y condición corporal ideal en el momento de la foto estimulación.

Puntos críticos y manejo recomendado

El pollo de engorde alcanza el peso de 2kg con 6 semanas de edad, consumiendo 160g de alimento balanceado al día. La reproductora solamente alcanza ese peso con 19 semanas, consumiendo 90g al día. Considerando que esas aves tienen un potencial genético muy similar, la consecuencia de esa gran diferencia es una tendencia a la falta de uniformidad en la reproductora, debido al rápido crecimiento, eficiencia alimenticia, apetito agresivo y competencia por el alimento balanceado. Siendo así, hay necesidad de restringir el alimento balanceado y controlar el peso para viabilizar el buen resultado reproductivo, lo que exige habilidad en el manejo, correcta nutrición y equipamientos adecuados y, principalmente, bien utilizados.

En muchos casos se evalúa la uniformidad de los lotes solamente por el peso promedio, pero se debe analizar un conjunto de parámetros: tamaño de la canal, conformación de masa muscular de la pechuga (fleshing), coeficiente de variación y, al aproximarse del final de la recría, la madurez sexual. Todo eso debe trabajarse en conjunto durante toda la recría buscando una buena uniformidad de condición corporal.

Fase 1 - 0 a 6 semanas

Peso del ave: se considera ideal que el peso de las hembras a las 4 semanas sea, por lo menos, el peso estándar de la línea genética o hasta 8-10% superior. Para que todas las aves, incluso las débiles, alcancen el peso estándar a las 4 semanas es necesario tener una uniformidad de por lo menos un 80%.

Tipo de alimento balanceado: para estimular la ganancia de peso de las aves en las primeras semanas se usa alimento balanceado inicial con mayor nivel de proteína y energía. El suministro de alimento balanceado inicial hasta los 21-28 días de edad generalmente es suficiente para alcanzar el peso estándar o un poco superior. A partir de los 22-29 días se aconseja usar alimento balanceado de crecimiento. Cada vez más esas dietas de crecimiento tienen baja densidad (2600 -2700 kcal y 15,5 a 16,2 % de proteína bruta) lo que trae una serie de ventajas:

Con ese manejo, se pretende tener un ave dentro de la conformación deseada a partir de las 6 semanas de edad.

Programa de luz: en galpones oscuros, luego del inicio del suministro de alimento balanceado controlado se debe reducir la intensidad luminosa a 8 a 12 lux y suministrar de 8 a 9 horas de luz constante al día. La intensidad de luz en el interior del durante los períodos oscuros no debe superar 2 lux. Con eso, además de reducir el fotoperíodo, se pretende reducir el consumo de alimento balanceado y mantener la uniformidad del lote. La distribución del alimento balanceado tiene que ser totalmente a oscuras y de manera rápida y uniforme.

Selección: la primera selección debe hacerse como máximo a los 28 días, dividiéndose a las aves en 4 categorías (débil-débil, débil, mediana y pesada). Las categorías débil y débil-débil deben recibir suplementación de alimento balanceado para que recuperen el peso lo más rápido posible, antes de que se concluya el desarrollo del esqueleto. Las aves pesadas deben ser alimentadas con un volumen menor que las medianas porque convierten mejor en esa edad, generalmente 1 a 2g es suficiente.

Restricción alimenticia y manejo diferenciado entre categorías: para la efectiva recuperación de las aves débiles se aconseja disminuir la intensidad de la restricción en las primeras dos semanas después de la selección. Para eso se utiliza un sistema de alimentación que denominamos "Sistema de restricción modificado". Ese manejo se hace de la siguiente manera: en el sistema de suministro de alimentación 4x3, esa categoría come 5 días por semana, pero con volumen de alimento balanceado calculado para el 4x3 todos los días. Siendo así, las aves débiles dejan de comer solamente dos días en esas semanas. Con eso, además de suplementarle el volumen al ave, se reduce el nivel de estrés causado por la restricción.

Conformación corporal: la conformación deseada de pechuga para la hembra, al final de las 5 semanas es la que presenta buena cantidad de músculo, dando a la pechuga una forma redondeada, similar a la letra "U", pero posibilitando sentir el hueso de la quilla del ave en la palpación. En lo tocante a la grasa, es deseable que exista reserva abdominal.

Fase 2 - 7 a 13 semanas

Incrementos de alimento: en esa fase hay desarrollo de los músculos y tendones, complementación del crecimiento y no hay desarrollo del aparato reproductivo. Por lo tanto, debe suministrarse solamente el alimento balanceado necesario para el crecimiento y el mantenimiento. Los incrementos deben ser pequeños (1 ó 2g) hasta las 12 semanas para que el ave alcance el puntaje de pechuga deseado y no acumule grasa. El principal punto crítico en esa fase es mantener la uniformidad del lote por encima del 80% con las aves en el peso estándar, pues ellas tienden a ganar exceso de peso aún con pequeños volúmenes de alimento.

El segundo mayor punto crítico es asegurar el suministro mínimo de todos los nutrientes necesarios al ave con un volumen pequeño de alimento balanceado.

Conformación corporal y peso: las hembras deben estar con el peso estándar o un poco inferior (5 a 8%), nunca superior. El principal objetivo es hacerlas perder gradualmente el exceso de grasa y músculo que adquirieron hasta las 6 semanas. La forma de la pechuga, que a las 5 semanas se asemejaba a la letra "U" adquiere ahora una forma de "V". Al final de esa fase, se espera que las hembras presenten una conformación de pechuga con un mínimo de músculo y que no tengan grasa abdominal ni en los huesos pélvicos.

Selecciones y restricción alimenticia: recomendamos la realización de la segunda selección a las 8 semanas, pues aún hay tiempo para recuperar a las aves débiles, ya que el desarrollo esquelético estará 95% concluido con 14 semanas. Podemos realizar el "Sistema de restricción modificado" por una o dos semanas según la diferencia de peso de las aves débiles, con relación al peso promedio del lote. La tercera y última selección, si necesaria, debe realizarse entre 12 y 14 semanas. Con esa edad, la canal del ave ya está prácticamente pronta y podemos concluir la recuperación de las aves débiles con la reducción de la intensidad de la restricción por solamente una semana. Se debe dar atención a la recuperación de las aves débiles, pues el exceso de alimentación puede hacer con que acumulen un exceso de reservas no deseado en esa fase, comprometiendo el resultado del lote, como comentaremos más adelante. Las aves pesadas deben recibir menor volumen de alimento que las medianas hasta la transferencia, con el objetivo de mantener una diferencia de peso aceptable máximo un 8% superior al promedio del lote.

Fase 3 y Fase 4 - 14 a 30 semanas

Incrementos de alimento: como el desarrollo esquelético en esa fase es mínimo, no se necesitan selecciones en lotes bien conducidos. Los incrementos de alimento balanceado pueden llegar hasta 5-8g por semana, hasta las 20 semanas. Entre 22 semanas y el comienzo de la producción se recomiendan estímulos más leves, haciendo los incrementos mayores solamente a partir de los 5% de producción. El principal punto crítico aquí es hacer que la hembra acumule la reserva necesaria para la producción, sin ganar exceso de peso.

Peso y conformación corporal: la hembra empieza a acumular reserva para la producción, principalmente después de las 18 semanas a través de la deposición de músculo en la pechuga y grasa abdominal por influencia de los estrógenos. Pero, como no hay desarrollo significativo de los tejidos reproductivos en aves mantenidas en la oscuridad, no hay necesidad de ganancia de peso excesiva antes de la foto estimulación. Si eso sucede, puede haber deposición excesiva de músculo en la pechuga, lo que no se desea. Aconsejamos mantener el peso próximo al estándar de la línea genética.

La pechuga que, con 12 semanas tenía la forma de una "V", al final de las 20 semanas debe tener nuevamente la forma de una "U", con presencia de reserva muscular y grasa abdominal en los huesos pélvicos.

Si el ave tiene un desarrollo corporal exagerado con músculo y grasa en exceso debido a la sobrealimentación después de las 20 semanas y antes del comienzo de la producción, pueden desencadenarse disturbios metabólicos como desarrollo excesivo de los folículos, postura abdominal y/o tasas elevadas de huevos de dos yemas que generan alta mortalidad, lo que puede extenderse hasta las 40 semanas o más.

Asociado a todo esto, las hembras de líneas genéticas de conformación vienen presentando una madurez social precoz, principalmente cuando recriadas en ambientes con luminosidad controlada.

La uniformidad de la madurez sexual es fundamental para que se obtenga pico y persistencia de producción. Para obtener esa uniformidad, es imprescindible que, en la fase que antecede al estímulo de luz, las hembras tengan una condición corporal adecuada (peso, canal, conformación pechuga y reserva de grasa) y buena uniformidad. En lotes con madurez sexual poco uniforme y criados en galpones oscuros, las aves que están muy fuera de la condición ideal son forzadas a responder al programa de luz, lo que puede causar mortalidad, pico de producción inferior al deseado y falta de persistencia.

Alimento pre-postura: el uso de alimento balanceado de pre-postura durante 2 a 3 semanas solamente para las hembras, es suficiente para la complementación de las reservas necesarias al comienzo de la producción de huevos.

Foto estimulación: La edad de la transferencia o del primer estímulo de luz para las hembras debe ser entre 22 y 24 semanas completas, pudiendo variar de acuerdo con el línea genética, estación del año y condición del lote. Si las reservas no están adecuadas o las hembras están con peso inferior al estándar, se puede alterar esa fecha. La intensidad de luz en la producción debe ser de, por lo menos, 8 a 10 veces la intensidad suministrada en la recría. Lotes criados en galpones oscuros con 8 10 lux deben recibir de 80 a 100 lux en la producción, con distribución uniforme de la luminosidad dentro del.

Según Joseph (2002), aves fotoestimuladas más tarde, con 23 semanas, presentan madurez sexual retrasada. Sin embargo, alcanzan esa madurez con mayor velocidad. El peso del huevo en la edad adulta es mayor en esas hembras que en otras estimuladas más temprano. Robinson & Renema (2000), indican como ventaja del retraso de la fotoestimulación a por lo menos 22 semanas, la obtención de una mejor uniformidad de composición corporal considerando que las aves más maduras son "frenadas", mientras que las más retrasadas completan su desarrollo.

Comienzo de la producción y elevación hacia el pico: el control de peso de la hembra en la recría, principalmente al final de la misma, debe hacerse buscando una elevación de producción lenta hasta el pico. Esto se logra con hembras dentro del peso y conformación adecuados y a través de incrementos de alimento balanceado menores entre las 20 semanas y los 5% de producción, asociado a un programa de luz con estímulos lentos. El objetivo es que el lote alcance el pico en un periodo nunca inferior a 5-6 semanas; si tenemos un 5% de producción con 25 semanas el pico debe ser con 30-31 semanas. Esa elevación lenta evita mortalidad por problemas metabólicos, favorece un mejor mantenimiento de la producción y huevos de mejor tamaño.

Después del comienzo de la producción, el desafío es asegurar el suministro adecuado de nutrientes vía alimento balanceado para la producción de huevos, manteniendo a la hembra con un peso próximo al estándar. A pesar de la alta capacidad de ganancia de peso de las aves, no podemos olvidar que las exigencias nutricionales también son altas para que se mantenga la producción. Tenemos que suministrar cantidades adecuadas de todos los nutrientes, aun con volúmenes pequeños de alimento balanceado. Por lo tanto, es necesario hacer ajustes nutricionales.

Consideraciones finales

Es cada vez más evidente que los datos productivos deben ser analizados como un todo. No siempre lotes con buena producción y eclosión son lotes con buenos resultados. Debemos tener en cuenta que la viabilidad interfiere mucho en el resultado final. Lotes sobrealimentados en la recría presentan muchas veces buena producción y buena eclosión pero baja viabilidad.

Para controlar el peso de las reproductoras estamos disminuyendo la cantidad de alimento balanceado que se suministra en todas las fases de la vida de las aves, tomando en cuenta, principalmente, la cantidad de energía y proteína ave/día. En la práctica, lo que estamos haciendo es aumentar la inclusión de premix en la misma proporción en que se reduce el volumen de alimento balanceado.

A pesar de las dificultades en el manejo de las reproductoras, hubo una mejoría significativa en los datos productivos durante los últimos años. Eso muestra que el manejo realizado en las empresas hoy día ha satisfecho las necesidades de las aves y llevado al éxito en lo que se refiere a resultados técnicos. -- Abreviación de una conferencia presentada durante el XX Congreso Latinoamericano de Avicultura, septiembre 2007 en Porto Alegre, Brasil.

Figura 1: Desarrollo fisiológico del ave 

Tabla 1: Programa de restricción indicado para machos y hembras 

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