Los estudios hechos por la Associação Brasileira de Proteína Animal (ABPA) muestran que los embarques totales de carne de pollo (en los que se consideran todos los productos, tanto frescos, como embutidos y otros procesados) disminuyeron 4.1 por ciento en marzo en comparación con el mismo período del año pasado, para totalizar 386,400 toneladas, contra 402,900 toneladas en 2016.
De acuerdo con el presidente ejecutivo de la ABPA, Francisco Turra, la caída del volumen embarcado sucedió, entre otros motivos, por la retracción de las ventas hacia los mercados que determinaron embargos a las importaciones en la semana siguiente al estallido de la Operación Carne Débil.
“Los embarques de carne fresca de pollo a China, por ejemplo, se retrajeron 30 por ciento con relación al mismo período del año pasado. Hong Kong importó 12 por ciento menos”, señala Francisco Turra.
En ingresos, hubo un aumento del 13.6 por ciento en marzo en comparación con el mismo período del año pasado, con un total de US$661.3 millones en este año, contra US$582.1 millones el año anterior.
“La suspensión temporal de emisión de certificados de exportación hacia determinados mercados alteró el “mix” de los embarques, lo que aumenta la presencia de productos con mayor valor en el saldo final del mes, por lo que sube el precio promedio de la tonelada”, explica el presidente ejecutivo de la ABPA.
En el acumulado del año, los resultados siguen positivos, con alzas de 3.8 por ciento en los volúmenes embarcados en este primer trimestre, en comparación con el mismo período del año anterior, con 1.079 millones de toneladas y de 22.8 por ciento en ingresos, con US$1,829 millones.
“El impacto percibido en el sector de aves también se hizo notar en cerdos”, destaca el vicepresidente de mercados de la ABPA, Ricardo Santin.
