Con márgenes de rentabilidad cercanos al 20 por ciento, la cría de codornices o coturnicultura viene ganando adeptos en Colombia. De esta tendencia da fe el empresario Humberto Romero, propietario de la firma Coturnícola Colombiana, con asiento en la ciudad de Ibagué (centro occidente), quien está en capacidad de producir 50 mil codornices hembras semanales de variedades conocidas en este mercado andino como japonesa, coreana, la soto y californiana.
"Es un negocio en expansión gracias a costos relativamente bajos por el tamaño del animal, su precocidad y rusticidad", señaló Romero a Industria Avícola, recalcando que "Colombia es uno de los pocos países en el mundo donde el huevo de codorniz es más barato que el de gallina". En promedio, un huevo de codorniz (consumido en hogares, industria de comidas rápidas y procesadas) de 15 gramos se vende al menudeo por 100 pesos, frente a los 275 pesos base de un huevo de gallina; pese a esta diferencia, su consumo todavía dista mucho de alcanzar la popularidad de estos últimos.
Emerson Abadía, gerente de la empresa Casa de la Codorniz, estima en mil el número de productores en todo el país, en diferentes pisos térmicos desde el nivel del mar hasta más allá de los 1.800 metros de altitud. "No se conoce con precisión el tamaño de esta industria con más de 30 años en Colombia. Los esfuerzos por agremiarnos han sido infructuosos y ni siquiera Fenavi (Federación Nacional de Avicultores) nos reconoce como productores avícolas que somos", recalcó Humberto Romero.
Una codorniz de dos kilos puede producir 300 huevos en su primer año de vida, lapso después del cual es descartada pese a que su ciclo vital completo alcanza un lustro. La vita útil de un huevo de codorniz es de 30 días, con algunas propiedades nutricionales comparativas superiores (igual proteína pero tres veces menos grasa; más sales minerales, hierro, magnesio, calcio y manganeso que el de gallina). La carne de esta especie avícola todavía es un producto en desarrollo en el mercado colombiano.
