Luego de ser el séptimo destino de las exportaciones brasileñas, Venezuela ahora es el mercado exterior número 37 en volúmenes colocados, y dentro de ese cambio radical se destaca la abrupta disminución de ventas de alimentos. De acuerdo con el diario Folha do Sao Paulo, y citado por la agencia noticiosa española EFE, “449 empresas brasileñas decidieron dejar de exportar sus productos hacia Venezuela, debido a la ‘creciente dificultad’ para cobrar luego por ellos.”
De esta manera, se registra en estos momentos un derrumbe del 61 por ciento en las ventas del gigante suramericano a la República Bolivariana de Venezuela. Ya son lejanos los días en que Brasil, con un marco político favorable al régimen chavista, era el principal proveedor de alimentos para un mercado famélico, afectado por la caída de la producción autóctona en todos los frentes. En cuanto a la producción venezolana de pollo, se habla hoy de una merma del 50 por ciento o más, a falta de cifras oficiales confiables y consolidadas.
Para EFE, dentro de las firmas brasileñas que decidieron no venderle más a los venezolanos se destaca la gigante BRF (Brasil Food), que exportaba su mundialmente reconocida y ubicua carne de pollo. Según cifras oficiales brasileñas, de enero a octubre de 2016, el comercio entre ambas naciones vecinas apenas alcanzaba los USD 980 millones, “El menor valor registrado desde el año 2003. El comercio entre Brasil y Venezuela llegó a alcanzar techos de unos 5 millardos de dólares anuales entre 2008 y 2010, cuando comenzó a ceder afectado por la crisis global”.
La mora en los pagos de los venezolanos se acentuó a partir de 2013, cuando ese país andino comenzó a sumergirse en las agudas dificultades económicas por la caída de los precios del petróleo (principal fuente de recursos para Venezuela) que actualmente afectan incluso el suministro de productos básicos, de los que Venezuela sufre una escasez histórica.
