Cada vez se usan más los fitogénicos en Latinoamérica

Los aditivos fitogénicos van viento en popa en todo el mundo, y Latinoamérica no es la excepción. La experiencia en México de su uso en ponedoras ha servido de guía para la introducción en otros países.

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Los aditivos fitogénicos con compuestos botánicos y extractos vegetales presentan modos de acción más amplios, en comparación con las sustancias químicas de un solo ingrediente. Foto cortesía de Delacon.
Los aditivos fitogénicos con compuestos botánicos y extractos vegetales presentan modos de acción más amplios, en comparación con las sustancias químicas de un solo ingrediente. Foto cortesía de Delacon.

A raíz de la prohibición del uso de antibióticos como promotores de crecimiento en EUA este pasado 1 de enero, Arturo Fernández, gerente de ventas de Delacon en Latinoamérica dice que, “Hay muy buena aceptación de los fitogénicos por parte del mercado en general. Estos productos se ven como los productos del futuro”.

La realidad es que los productores ya comenzaron a voltear hacia los aditivos fitogénicos como una alternativa importante, porque “no sólo les van a ayudar en cuanto a la sustitución de los antibióticos como promotores de crecimiento, sino a mejorar el rendimiento y la salud en general de los animales”.

Costumbre del nutricionista de usarlos

En general, Fernández considera que no hay costumbre en Latinoamérica de usar fitogénicos en los alimentos balanceados. “La gente apenas empieza a conocerlos, pero tenemos poco de haber comenzado en el mercado latinoamericano”. México fue el primer país en donde se introdujeron – hace más de ocho años – mientras que en el resto de Latinoamérica, hace sólo dos años.

“Los nutriólogos mexicanos los tienen como productos puntuales. Ahora que han comenzado a hacer su entrada con fortaleza en la región, los conocen mejor. Hemos tenido mucha mejor aceptación”.

De hecho, Fernández considera que muy pronto, el estándar será utilizar aditivos fitogénicos. “Nos hemos encargado de desarrollar la parte técnica; de hecho, el futuro se ve muy prometedor”.

Arturo Fernández, de Delacon, considera que muy pronto, el estándar va a ser utilizar aditivos fitogénicos en la producción avícola

Arturo Fernández, de Delacon, considera que muy pronto, el estándar va a ser utilizar aditivos fitogénicos en la producción avícola. Foto de Benjamín Ruiz.

Composición de los fitogénicos

Los aditivos fitogénicos para alimentos balanceados no se componen únicamente de aceites esenciales de cítricos: contienen más de cien ingredientes naturales que forman parte de numerosos grupos de principios activos, tales como aceites esenciales, sustancias amargas, sustancias picantes, saponinas, flavonoides, mucílagos y taninos.

“Es fundamental no limitar el poder de la naturaleza. Sin embargo, la ciencia apenas empieza a entender los fitogénicos, en particular el sinergismo entre los numerosos componentes activos de las plantas”, explica el Dr. Jan Dirk van der Klis, director de productos e innovación de Delacon.

Los aditivos fitogénicos con compuestos botánicos y extractos vegetales presentan modos de acción más amplios, en comparación con las sustancias químicas a base de un solo ingrediente en un estado idéntico al natural.

¿Cómo funcionan?

Cada sustancia de los aditivos fitogénicos tiene su modo de acción. Por ejemplo, las sustancias picantes o fuertes estimulan la producción de ácidos biliares, sustancias pancreáticas y enzimas, lo que mejora la digestibilidad. Las saponinas ligan al amoniaco y disminuyen la actividad de la ureasa.

Los aceites esenciales cuentan con capacidad antioxidante que tiene efecto sobre la pared intestinal para mejorar su integridad, promover la longitud de las vellosidades, una mayor superficie de contacto y una mejor barrera intestinal, además del efecto antiinflamatorio.

Producto de marketing vs. aditivo zootécnico

Ante el creciente número de aditivos alimentarios de origen vegetal que hay en el mercado, cada vez es más difícil diferenciar entre "productos de marketing" y aditivos efectivos. Es por eso que se necesita una distinción certera.

Según van der Klis, “Para mucha gente, los aditivos vegetales para alimentos balanceados son una especie de caja negra, debido a su naturaleza”. Es muy importante la investigación que respalda el producto, y entenderla, para distinguir entre "productos de marketing" y los verdaderos aditivos fitogénicos.

A diferencia de la mayoría de los aditivos botánicos, que se consideran aditivos organolépticos, los fitogénicos se incluyen dentro de la categoría zootécnica, que abarca parámetros tanto de digestibilidad como de productividad.

No obstante, el registro como aditivo zootécnico se concede exclusivamente a productos con efectos benéficos significativos en la productividad animal y garantiza la efectividad de los productos respectivos. De hecho, existen pocos fitogénicos en el mercado registrados como aditivos zootécnicos.

¿Fitogénicos de moda?

Por su tamaño, la avicultura es el mercado más importante de los aditivos fitogénicos. Tienen un gran potencial “por la necesidad que hay en el mercado de huevo o carne de pollo libre de antibióticos y porque muchos de los restaurantes y cadenas grandes de Latinoamérica ya quieren irse hacia alimentos sin antibióticos. Están abriéndonos bastante mercado”.

No obstante, para los productores, esto conlleva una serie de desafíos, por ejemplo: disbiosis, residuos húmedos, pododermatitis y huevos sucios, que hay que resolver, por ejemplo, mediante aditivos fitogénicos.

Aunque la zootecnia avícola cambia, a veces queda la incertidumbre de si es algo que sea una moda nada más y que la industria regrese a lo tradicional o no. Fernández dice que no lo cree así, pues ya tienen veintinueve años de estar en el mercado y sigue en crecimiento.

Es un hecho que cada vez más se conocen los aditivos fitogénicos y también que cada vez más se aceptan.

“Esto no se va a convertir en una moda, primero porque las autoridades no se van a desdecir y a cambiar las leyes, sino que cuanto más avancemos, más bien las leyes van a proteger al ser humano, que es lo que se busca al quitar los antibióticos como promotores del crecimiento”.

Los fitogénicos no tienen incovenientes

Es interesante saber que los aditivos fitogénicos no presentan inconvenientes por parte del nutricionista. Hay dudas de cómo usarlos, pero no oposición a ellos.

“Todo el mundo me ha dicho que son el producto del futuro. Hablemos y veamos qué me ofreces”. O sea, sí hay interés en usarlos y hacer los antibióticos a un lado.

No obstante hay un aspecto importante, ya que los aditivos fitogénicos no sustituyen a los antibióticos, porque en realidad no lo hacen. Fernández dice que, “Incluso, se puede trabajar con antibióticos, mientras el productor decide quitarlos”. Lo que sucede es que se potencia, en muchos casos, el uso de antibióticos y en general se mejora la salud del animal.

“El fin principal de nuestros productos es mejorar la salud intestinal del animal, promover la absorción de nutrientes que ya vienen en el alimento, hacerlos más digestibles”.

El mercado latinoamericano

Aparte de Brasil, “el mercado más grande es México, seguido de Colombia, Chile y Argentina”, comenta el gerente de ventas de Latinoamérica de Delacon.

Aunque los fitogénicos son tanto para pollo de engorde, como para ponedoras, en Latinoamérica se han topado con un asunto curioso: Si bien, originalmente se pensaba que se usarían mucho más en pollos, en el mercado mexicano el 95 por ciento del negocio es en gallinas ponedoras. Hay mucho mejor aceptación en ponedoras.

Aunque haya sido una casualidad, toman a México como ejemplo, para entrar en el mercado de huevo en otros países.

Carne de mejor calidad

Si la carne pierde su capacidad de conservación, es evidente que esto se debe especialmente a que los ácidos grasos insaturados, tan valiosos para una alimentación sana, se oxidan rápidamente. La oxidación de las grasas provoca una modificación de la consistencia, el aspecto y el valor nutritivo de la carne, y hacen que no sea apta para el consumo.

Con objeto de retrasar este proceso, se usa la cadena de frío ininterrumpida, mientras que el tipo de embalaje correcto y la aplicación de antioxidantes pueden ampliar aún más el período de conservación de la carne.

Ya que los antioxidantes sintéticos suelen ser controvertidos, hay un planteamiento más sustentable: el uso de extractos vegetales en la alimentación de los animales, que puede mejorar las propiedades antioxidantes de la carne.

Muchos extractos vegetales y aceites esenciales son conocidos por sus efectos antioxidantes. Entre otras sustancias, se emplean hierbas y especias de uso común en la cocina, como el tomillo, el ajo, el orégano y la canela, así como otros ingredientes más exóticos, como la quillaja. Los aceites esenciales y los extractos obtenidos de las plantas se procesan con la ayuda de tecnologías patentadas tales como la microencapsulación.

Los aditivos fitogénicos no dejan residuos nocivos en la carne y los huevos. La carne es más tierna y jugosa y, gracias a la mejora de los mecanismos de protección contra los procesos oxidativos, los productos se conservan durante mucho más tiempo.

 

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