Coincidiendo con los primeros años de la actividad avícola industrial en Argentina, se expidió en 1963 el decreto presidencial 8108 que estableció el 2 de julio como el Día Nacional de la Avicultura en esta nación austral. 54 años después, el presidente de la Cámara Argentina de Productores Avícolas (Capia), Javier Prida, escribió para el diario bonaerense La Nación un resumen de la situación actual del gremio.
Señaló el dirigente que los productores avícolas, instalados en 18 provincias “somos protagonistas indiscutidos en la mesa de los argentinos: somos el 47 por ciento de la proteína animal que consume nuestro país”.
Alrededor de 130 kilogramos de proteínas de animal per cápita se consumen en la Argentina, de los cuales entre huevo y pollo, se aportan 64 kilos. Agregó Prida que el sector genera 100,000 empleos directos y transforma 54 millones de toneladas de granos (casi el 20 por ciento del maíz que se produce en este país).
“En el plano oficial, estamos ante una inminente resolución del ministerio de Agroindustria que crea la Dirección Nacional de Avicultura, lo que le da al sector una interlocución de peso para dinamizar decisiones y jerarquizar nuestro aporte al campo argentino”, expresó con beneplácito.
Destacó igualmente que “una resolución del ministerio de la Producción está por liberar y rebajar aranceles de importación de bienes de capital del sector, con alrededor de 400 posiciones arancelarias que pasarán a pagar entre 0 y 2 por ciento, bajando notoriamente del 14 a 35 por ciento actuales”.
Por último, también dijo que el gremio espera más alivios tributarios, como el que se dio meses atrás “con la suba del reintegro a las exportaciones de ovoproductos y huevo en cascara, que casi llegan al 100 por ciento. Tenemos expectativa en la baja de la alícuota del IVA para el huevo y el pollo, que también fue conversada largo con las autoridades. Creemos que este será un paso clave para sincerar la competitividad y bajar los precios al consumidor. En síntesis, la avicultura está de pie y es un actor fundamental en el motor productivo del agro”.