En toda granja de aves, el alimento balanceado se coloca en silos, diseñados desde hace mucho tiempo de una manera muy similar y con materiales muy similares. Los silos duran muchísimo tiempo; en el mejor de los casos, se les da algún tipo de mantenimiento, por ejemplo, cambios de láminas. Pero, “pensar en un diseño que mantenga el contenido nutricional y prevenga contaminaciones por hongos y bacterias, no ocurre”, dice el Dr. Carlos López Coello, profesor e investigador del Departamento de Producción Animal: Aves, de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM en México y consultor privado.
Los bemoles de los silos
Los silos en las granjas están expuestos a un medio ambiente atroz. “Nunca he visto, ni siquiera un solo silo, con protección contra las condiciones ambientales”. El problema es que las temperaturas que llegan a alcanzar en el exterior por el material del que están hechos varían, pero pueden llegar a los 45° C. ¿Cuál es entonces la temperatura interna?, pregunta López Coello. “Supongo que mayor a eso”.
El otro problema es el tipo de láminas. Muchos presentan láminas onduladas o corrugadas y el alimento permanece almacenado ahí mientras haya pollos, y más aún en el caso de ponedoras. “En el mejor de los casos, al salir los pollos los limpian, pero no hay forma de limpiarlos cuando hay pollos en la granja, pues normalmente no se tienen dos unidades conectadas para dos galpones, sino una por galpón”, dice el especialista. El otro aspecto es cómo se van a limpiar, si no se puede entrar en ellos.
¿Cuánto tiempo permanece el alimento balanceado en el silo? López Coello explica que, aunque baje el alimento, siempre se va a quedar algo adherido a las paredes internas y entre las uniones de las láminas.
El problema del aceite en el alimento
El alimento de pollo de engorde en particular tiene un alto contenido de aceite. López Coello explica que se puede tener un buen control de calidad de los ingredientes, pero normalmente si ya existe producto en el tanque que se tiene en
la planta de alimentos, se agrega la siguiente entrega de aceite en él. De esta forma, ya no se tiene ni el aceite que había antes, ni el que se recibe: es uno nuevo, mezclado. ¿Qué valoración vamos a usar?
Otro aspecto importante es el mantenimiento de las tuberías por donde circula el aceite, pues puede haber procesos de oxidación que afectarán al producto almacenado y al alimento terminado. Normalmente se hace el análisis de calidad del aceite previo a su uso, aunque el daño ocurre ya en el alimento.
No existe el alimento fresco
¿Cuánto tiempo va a pasar antes de que los pollos consuman el alimento? Depende de cada empresa avícola, pero por lo regular, el alimento llega a las granjas antes que los pollos. Casi nunca llega el mismo día.
Posterior a esto, el alimento que está expuesto afuera a la temperatura del medio ambiente entra al área de crianza donde también hay temperaturas altas. El alimento fresco como tal no existe. Comúnmente permanece en los silos cuando menos ocho días en el mejor de los casos. Puede darse ahí el proceso de oxidación.
La misma tecnología de los silos
Se habla del uso de la alta tecnología en la producción avícola, lo cual no es cierto en todos los aspectos. En este en particular, “estamos hablando de una tecnología que ha permanecido por décadas, que no se ha modificado casi nada”, señala López Coello. “Esto ha sido mejor con los sistemas automáticos de alimentación, pero los silos siguen siendo los mismos desde que se hicieron las granjas hace mucho tiempo”.
Es factible que haya cambiado en ciertos pequeños aspectos, pero el concepto sigue siendo sin cambios: son los mismos diseños y de alguna manera los mismos materiales. “Podría parecer una exageración", añade López Coello, “pero si ha habido cambios, no han sido sustanciales”.
Oxidación del alimento y oxidación del silo
Se habla de los problemas de oxidación del alimento, pero también se puede favorecer el desarrollo de micotoxinas y bacterias. El especialista dice que hay muy pocos datos publicados al respecto, que son insuficientes si se considera la importancia económica que representa el conservar la calidad del alimento. Ni siquiera se evalúa cuál es la temperatura y humedad interna de un silo con relación a la externa.
De esta manera, “lo más elemental no se conoce”. Conocemos el proceso de oxidación, las condiciones para el desarrollo de micotoxinas, pero no lo que pasa dentro del silo, en lo que debe haber una correlación. La hipótesis es que seguramente ocurre.
Falta investigación
Gran parte de las investigaciones se dirigen al desarrollo de productos. “Eso está muy bien, estoy totalmente de acuerdo. Lo que me cuesta trabajo entender es que hay temas que están muy descuidados y que también tienen una gran importancia” y no se les presta la atención que requieren.
En el caso de la oxidación del alimento en el silo, lo más grave sería seguir considerando esta situación como normal y, como siempre se ha hecho, que no haya necesidad de cambiarlo.
Existe la necesidad de ver si esta hipótesis de la oxidación del silo y del alimento es cierta, en qué medida es y después continuar hacia la solución. Incluso, llegar a ver qué efectos secundarios de igual importancia tiene, como qué sucede con las vellosidades intestinales, cómo afecta el tránsito a los nutrientes, porque no solamente es un proceso de oxidación.
“Si hablamos de desempeño productivo, también está claro que la oxidación afecta dicho desempeño. ¿En qué medida?”. Este proceso es continuo, “una alimentación con un alimento que va a tener olas o tiempos de mayor o menor daño, pero que es constante”, añade López Coello.
“Existe la infraestructura y la tecnología para hacerlo y a un costo accesible, ¿por qué no se ha hecho? ¿Le interesa a alguien? Porque a mí sí”.