La empresa Inversiones Avícolas de Honduras (Inavih) cumple este año su aniversario 35 siendo no solo la más grande productora de huevos en su país de origen, sino la mayor firma centroamericana en ese mismo rubro. Así se desprende de un reportaje preparado por el matutino La Prensa, para el cual se consultó a Luis Gustavo Mancía, gerente de operaciones de Inavih, quien comentó sobre el actual estado de esta firma.
Inavih, con sus primeras granjas en Cañaveral (noroeste), comenzó operaciones de manera modesta con 2,000 gallinas y una producción diaria de entre 5 y 10 cajas de huevos; en 2018 posee una capacidad instalada para 1,270,000 aves. “En 2015, esta empresa se convirtió en la pionera en el istmo (y hasta ahora es única) en exportar huevos a Estados Unidos, específicamente a los estados de Iowa y Georgia”, publicó el periódico.
Añadió el informe que “Inavih creció exponencialmente y ahora aporta entre el 28 y 30 por ciento de la producción nacional y es la empresa de huevos más grande y moderna de Centroamérica. Inavih es parte de un grupo de empresas productoras de huevo que en suma aportan alrededor del 60 por ciento de la producción nacional con unas 2.8 millones de aves”.
Para Mancía, “nuestro mercado ya no es solo el nacional. En los próximos cinco años queremos cubrir desde Guatemala hasta Panamá y parte del Caribe. Para llegar a nuevos mercados, se está construyendo un nuevo galpón y equipando con más tecnología moderna toda la planta”. Inavih emplea a 300 personas de manera directa y a 500 de forma indirecta.
Honduras en cifras
“En todas las granjas hondureñas, ubicadas en áreas rurales (como las de Cañaveral, San Francisco de Yojoa), las gallinas ponen 3.6 millones de huevos diariamente. Cada año, esta generosa industria produce 1,314 millones de huevos que llegan a las mesas de los centroamericanos. En 2000, solo aportaban 600 millones de unidades”, contextualizó el periódico basándose en cifras de la gremial Asociación Nacional de Avicultores de Honduras (Anavih).
Honduras declaró su avicultura libre de cuatro enfermedades que restringen el comercio de pollo y huevo: Newcastle, influenza, laringotraqueitis y salmonelosis, lo que, junto con las mejoras en tecnificación y productividad, le ha permitido crecer como actor exportador regional. “A finales de 2008, la Anavih registró la última compra de huevos procedentes de El Salvador. Desde entonces, la avicultura independizó al país de importaciones”, remató La Prensa.