Liquidan productora de concentrados para aves en Colombia

Ratifican orden de liquidación para la firma Concentrados Cresta Roja, fundada en 1965 y que en su mejor momento produjo 100,000 toneladas anuales de este alimento.

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Solamente hasta la primera semana de abril trascendió ante los medios de comunicación la orden de liquidación expedida el 18 de marzo por Nicolás Polanía, delegado para Procedimientos de Insolvencia en la Superintendencia de Sociedades, en contra de la firma Concentrados Cresta Roja (CCR). Esta empresa colombiana, pese a su nombre, no tiene vínculo alguno con su homólogo frigorífico argentino que, coincidencialmente, atraviesa hoy por un periodo de reestructuración para lograr mantener su presencia en el mercado.

Infortunadamente, para CCR no hubo más oportunidades. De acuerdo con el diario Portafolio, la Supersociedades ratificó su liquidación, medida que había sido tomada a finales de enero de este año, pero que fue pospuesta en espera de que fueran falladas varias acciones de tutela en defensa del derecho al trabajo y al debido proceso interpuestas por empleados y asesores de la ahora extinta compañía.

De esta manera se puso fin legalmente a una empresa que, “Nació en plena crisis del sector avícola en la década de 1960, y que por tanto estaba acostumbrada a soportar los embates de los tiempos difíciles; pese a ello, no aguantó la presión de un dólar tan valorizado que encareció sus materias primas”, reseñó el periódico, añadiendo que, “En más de 50 años de existencia había alcanzado un sitial entre las principales del país de su campo, al lado de otras como Purina, Nutrión, El Galpón, Contegral, Solla, Cipa y Pedigree”.

En 2014, CCR alcanzó ventas por $88,000 millones de pesos colombianos (US$30 millones), pero ya en el cierre del tercer trimestre del año pasado, éstas habían caído dramáticamente a $33,000 millones (US$11 millones). Acogiéndose a la ley de insolvencia, CCR ya había emprendido un proceso de reorganización en el primer semestre de 2015, el cual no dio resultados positivos.

“El balance a 30 de septiembre mostraba que tenía activos por 79,000 millones de pesos (US$26.5 millones). Estos habían descendido paulatinamente, pues en diciembre 31 del 2014 eran 93,000 millones de pesos (US$31 millones). Los pasivos, en cambio, iban en aumento hasta llegar a poco más de 83,000 millones de pesos (US$27.6 millones)” afirmó Portafolio.

Por último, el rotativo resume así el periplo de esta fallida empresa: “Un grupo de productores de huevos de la sabana les dieron el apoyo financiero, pues pensaron que una integración vertical era el mejor mecanismo para el desarrollo de la industria avícola, que apenas nacía y no estaba en su mejor momento. Diez años después se abrió, invitando al resto del gremio avicultor a convertirse en accionista. En 1982 ya era sociedad anónima y terminó de construir una nueva planta en el kilómetro 4 de la vía Bogotá-Medellín que le permitió aumentar la producción de 1,600 a 8,000 toneladas mensuales”.

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