Futuro del bienestar avícola: qué deben esperar los avicultores

Es de esperarse que los avicultores vayan a tener más presión por el bienestar animal a medida que las compañías mundiales tengan mayor influencia en el futuro del bienestar avícola.

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Kate Childers, Freeimages.com
Kate Childers, Freeimages.com

Los avicultores pueden esperar que vayan en aumento las presiones por el bienestar, quizás a un mayor ritmo del visto hasta ahora, lo que requiere de cambios continuos en el manejo de ponedoras y pollos de engorde.

En el siglo XIX surgieron varios organismos de bienestar, que aumentaron en el siglo XX, pero ha sido durante el siglo XXI que el interés se diseminó e intensificó, y no hay señales de que disminuya el ritmo de cambio.

El bienestar es centro de atención no sólo del gobierno o de grupos de interés, sino cada vez más, de compañías multinacionales, las cuales van a tener una mayor influencia en el futuro del bienestar avícola.

Incluso en sociedades en las que se considera al bienestar como prioridad, la visión uniforme sigue en un horizonte lejano, pero el interés y el enfoque de imitar al vecino hará que el mundo se homologue aún más.

Para aquellos que se resistan a incorporar las exigencias del bienestar, vale la pena recordar que ciertas prácticas que son ahora la norma en muchos mercados, por ejemplo la insensibilización previa al sacrificio, fueron alguna vez nuevas.

En el horizonte cercano

Los productores del mundo desarrollado se enfrentan en la actualidad a una serie de desafíos que, tarde o temprano, pueden propagarse a los mercados en desarrollo. Quizás el de mayor importancia sea la obligación de eliminar las jaulas de las ponedoras. El acuerdo de solución implementado en Europa hace tan sólo unos años el de las jaulas enriquecidas es cada vez más inaceptable, lo que resalta el ritmo de cambio.

Para los productores de huevo, esto no sólo significaría nuevas inversiones, sino una revisión exhaustiva del manejo de la parvada. Pero, en lo que respecta el bienestar, existen puntos de vista mixtos sobre el beneficio para las aves.

El interés en las aves de lento crecimiento es un ejemplo similar de cómo varían mucho las actitudes del bienestar entre grupos, ya que la sola rapidez de crecimiento no se ve universalmente como entre los mejores indicadores de bienestar. No obstante, sigue en aumento la demanda del consumidor motivada por el bienestar en ésta área, por lo que la industria debe responder a ello.

En lo que se refiere al despique, ilegal en algunos países y regiones, su prohibición puede llegar a ser más común. Renunciar a esa práctica puede requerir que los productores den a las aves un mayor estímulo y alteren los métodos de alimentación, de tal forma que hay estudios en marcha acerca de cómo ayudar al productor a manejar aves sin despique. Pero es poco probable que el rechazo al recorte de picos se vuelva universal.

De acuerdo con la Dra. Claire Weeks, investigadora en bienestar animal en la Escuela de Ciencias Veterinarias de Bristol University, hay ciertos mercados que lo exigen, pero permanecerá como nicho en el corto plazo.

Y puede ser el caso de que, conforme aumente la presión en la práctica, disminuya la necesidad de despicar. Tal vez la respuesta esté en cambios a nivel de la genética, ya que las compañías de genética buscan desarrollar aves a las que se tenga que infligir menos daño.

Un vocero de la British Veterinary Poultry Association (BVPA) explica: “La reproducción selectiva ha generado alteraciones físicas significativas, muchas de las cuales serían vistas como positivas para el bienestar, pues evitan la necesidad de mutilaciones”.

No es exclusivo de un grupo de interés

Los motivos del bienestar cambian. Las grandes empresas asumen un creciente papel no sólo en respuesta al consumidor, sino en adquirir también las responsabilidades del sector público en países que favorecen un gobierno más pequeño.

En donde va a la cabeza una gran compañía, las otras le siguen. El anuncio de McDonald’s en 2015 de que todo su huevo en EUA y Canadá vendría de aves libres de jaulas fue seguido por otros comprometidos a hacer lo mismo. Este efecto de onda expansiva continúa.

Ignacio Blanco Traba, proveedor mundial sustentable de McDonald’s Corp. dijo que los clientes de McDonald’s quieren saber más que nunca cómo se crían los animales y al tratarse de una empresa global, aplica sus políticas de bienestar a nivel mundial.

Los minoristas también pondrán más exigencias a los productores. Son los minoristas europeos, no los legisladores, quienes le están poniendo fin a las jaulas enriquecidas.

Las compañías consideran cada vez más al bienestar como “un asunto clave de la empresa”, dijo Compassion in World Farming (CIWF). Se suman cada vez más a su Business Benchmark on Farm Animal Welfare (BBFAW), establecido con la World Animal Protection y Coller Capital, diseñado para llevar más alto al bienestar en los negocios de alimentos. El más reciente BBFAW incluye a 99 compañías.

No serán sólo los clientes de la industria avícola quienes impulsen el bienestar, sino también sus proveedores. Ya que la industria se estandariza cada vez más, las casas de genética tendrán poco interés en suministrar aves que se desempeñen bajo en los sistemas de producción que han cambiado.

Ciencia o no ciencia

El papel de las grandes empresas puede ser una bendición variada. Por un lado, quieren que los proveedores tengan éxito, al ofrecerles reglas, compartir sus mejores prácticas y apoyo. Los esquemas privados de aseguramiento pueden ser muy efectivos, pero sólo llevarán a mejoras auténticas del bienestar si se diseñan adecuadamente.

En última instancia, los negocios de alimentos de cara al consumidor se alinearán con las percepciones del cliente. A pesar de las buenas intenciones, puede que estas percepciones no sean ni buenas para el bienestar de las aves, ni para los productores, y conforme el mundo se interconecte más, los puntos de vista se comparten con rapidez entre comunidades y zonas geográficas.

Weeks hace notar cómo las redes sociales han cambiado las políticas de abastecimiento en EUA y cómo se esparce este fenómeno.

“Los millenials son los de las redes sociales, cuyas ideas se diseminan con rapidez. Pero la gente que lleva los asuntos está mal informada. La realidad es absolutamente diferente de lo que piensa el consumidor”.

Pero junto con la interpretación de bienestar del consumidor, existe una creciente conjunto de pruebas científicas y recomendaciones que pueden ayudar a mejorar el bienestar avícola de manera mensurable. Conforme esto aumenta, se hará aún más difícil de sencillamente desestimar todas las demandas de bienestar como parte de una agenda mal informada de derechos de los animales.

De acuerdo con la Universities Federation for Animal Welfare: “La ciencia informa, motiva y facilita avances en bienestar animal al brindar un fundamento de fuertes pruebas para el cambio de posturas y prácticas, y al crear soluciones prácticas y efectivas a los problemas de bienestar”.

De cómo las demandas de bienestar le vayan a dar forma a la producción avícola del futuro, va a depender de quién controle la agenda.

Cada vez menos una preocupación del mundo rico

A menudo el bienestar es visto como una preocupación del mundo desarrollado, inalcanzable para el mundo en desarrollo. Pero, conforme el mundo en vías de desarrollo se vuelve cada vez más rico, al exigir más carne, sus consumidores se harán más sofisticados. Una vez que se cubre el volumen de producción, el consumidor tiende a moverse hacia la percepción de la calidad.

Pero, ¿podrá permitirse el mundo en desarrollo los estándares de bienestar con tantas bocas qué alimentar y prioridades qué cumplir?

La BVPA señala que, para gran parte del mundo en desarrollo, entre los problemas de los productores más importantes se pueden incluir al clima extremo, los depredadores naturales y las enfermedades endémicas, los cuales pueden sobrepasar cualquier “beneficio” del bienestar de, por ejemplo, las aves en libertad. Sin embargo, también hace ver que será la clase media aspiracional en expansión con ingresos en algunos países en desarrollo, quienes probablemente serán los que dirijan la producción de carne y huevo.

Las normas que parezcan tener poco valor inmediato local, pueden de hecho, ofrecer oportunidades a los avicultores. Véase por ejemplo Brasil, que con una pequeña población musulmana se ha convertido en el mayor exportador mundial de pollo halal, en respuesta a la demanda del exterior.

Según la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la falta de legislación en bienestar puede mantener a los avicultores fuera de los mercados internacionales, en vez de ayudarlos a tener éxito.

Pero se están dando los cambios. De las 99 compañías en el último BBFAW, once no son de Europa, EUA y Canadá, sino de países como Brasil, China y Tailandia. La CIWF hace eco de que las normas de bienestar no sólo permitirán a las compañías moverse hacia arriba en la cadena de valor, sino poder ingresar a nuevos mercados.

¿Futura barrera comercial?

Conforme poco a poco se desarrolla el bienestar, existe un riesgo de mayor divergencia. Sin embargo, en la práctica, los países que desarrollan códigos de bienestar tienden a mirar a lo que ya han implementado otros, lo que resulta en normas ampliamente similares. No obstante, a largo plazo, crece el peligro de que el bienestar se convierta en una barrera comercial.

Los conflictos comerciales de bienestar tienen un largo camino por recorrer, pero la Organización Mundial del Comercio ya pone atención al área. En 2014, rechazó la prohibición apelada por la Unión Europea a los productos de foca, al encontrar que las preocupaciones no comerciales, tales como el bienestar, pueden restringir el comercio.

Tal vez un indicador de lo que vendrá es la elaboración de recomendaciones y lineamientos en bienestar por parte de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE). Sostiene que el bienestar es clave de la sanidad animal y ha adoptado diez normas de bienestar con base científica, que incluyen la producción, transporte y sacrificio de pollo de engorde, al tiempo que revisa las normas de ponedoras.

No puede negarse que se propagan las preocupaciones. Como señala Weeks, en Europa, el bienestar era un problema del norte de Europa, pero ahora es de todo el continente y se extiende a los tratados comerciales. En Australia, hace 15 años, el 10 por ciento de la producción de huevo era libre de jaulas, ahora es el 50 por ciento. Conforme el consumidor pide mayor bienestar, los productores deben responder.

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