Selección microbiótica mejoraría gallinazas colombianas

La necesidad urgente de superar los malos olores y la proliferación de moscas en granjas desarrollara un método especial para mejorar el compostaje de sus gallinazas.

La disposición de gallinaza evita afectaciones ambientales al entorno y previene el ingreso de patógenos como la Salmonella, a través de moscas y roedores. | N-sky, Shutterstock.com
La disposición de gallinaza evita afectaciones ambientales al entorno y previene el ingreso de patógenos como la Salmonella, a través de moscas y roedores. | N-sky, Shutterstock.com

Triple A es una de las dos firmas dedicadas al negocio avícola pertenecientes al grupo agroindustrial colombiano Bios. Se dedica desde 2009 a la producción de huevos de mesa y es considerado el cuarto actor en importancia, con el 4.5 por ciento del total nacional (proyectado para este año en 14,600 millones de huevos, según Fenavi Colombia).

Casi toda su producción la adelanta Triple A en sus instalaciones ubicadas en el departamento del Tolima (centro), donde viene incursionando (su casa matriz está en el departamento de Antioquia, en el noroccidente) desde la primera mitad de la presente década. Y lo ha hecho combinando la adquisición de avícolas tolimenses y promoviendo fuertemente nuevos desarrollos propios.

Tolima es una de las regiones colombianas con mayor vocación agroindustrial, principalmente en la producción arrocera y de ganadería; en avicultura no era tan fuerte hasta la llegada de Triple A. Tiene excelentes tierras en las partes más anchas y planas del valle medio de río Magdalena, además de estar ubicado estratégicamente entre Buenaventura (puerto sobre el Pacífico en el que se descarga buena parte del grano importado para la avicultura local) y el principal mercado colombiano, Bogotá.

A raíz de estas ventajas, Triple A adquirió Huevos Vigor y sus granjas localizadas en la zona rural de Ibagué (la capital tolimense), en el sector de Buenos Aires, sobre la vía que comunica por el oriente con la capital de la República. Allí, las quejas de los vecinos por el mal olor y las moscas tuvieron por un buen tiempo en litigio a Huevos Vigor primero y a Triple A después, con la autoridad ambiental regional Cortolima.

Giro en el manejo de residuos

El músculo económico, logístico y profesional que significó la compra de Huevos Vigor por parte de Triple A permitió que en un lapso relativamente corto se resolviera la problemática ambiental originada por la mala disposición de residuos, principalmente la gallinaza generada diariamente por las ponedoras.

Las instalaciones de Triple A en el sector ibaguereño de Buenos Aires producen cada 24 horas unos 1.6 millones de huevos, lo que dimensiona el reto al que se enfrentó el ingeniero agrónomo Óscar Medina, coordinador de abonos orgánicos de esta compañía avícola, quien venía de superar técnicamente otros conflictos ambientales similares en varias granjas del vecino departamento de Cundinamarca.

Amén de la construcción de grandes invernaderos, de bandas transportadoras y demás maquinaria especializada para el volteo cíclico de la gallinaza en proceso de compostaje, Medina se dio a la tarea de desarrollar una metodología que él considera única en el país y buena parte de América Latina, basada en la selección y nutrición de microorganismos para lograr una degradación controlada.

“Ahora seleccionamos los microorganismos nativos de la gallinaza que mejor ayudan al proceso, los sacamos de ese entorno, les damos nutrición celular para multiplicarlos exponencialmente y luego los aplicamos nuevamente a los residuos. Eso ha mejorado los tiempos y la calidad de los productos finales como fertilizantes y acondicionadores de suelos”, explicó brevemente. Además, parte del nitrógeno, fósforo y potasio consumidos por las aves terminan en sus excretas, por lo que analizarlas químicamente permite conocer su grado de asimilación.

Se trata de un enfoque innovador del que dijo manejar los detalles de formulación, que, por ser parte de un procedimiento estandarizado corporativo, dio a conocer de manera bastante parcial a mediados del mes de mayo, durante la realización en Bogotá del II Congreso Latinoamericano y X Nacional de Compostajes y Agroecología, en la Universidad EAN.

De acuerdo con el ingeniero Medina, este nuevo proceso permite escoger y privilegiar los microorganismos nativos más adecuados para el proceso, en función del resultado final esperado en cuanto a condiciones de humedad y pH, así como la prevención eficiente y “natural” de biota indeseable como Salmonellas, Coliformes, Clostridios, Estreptococos o Helmintos, entre otros.

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El procesamiento de gallinazas para su uso como fertilizante está regulado en Colombia por la Resolución 0150 de 2003 del ICA y la Norma Técnica Colombiana NTC 1927 del 2012. | Somrerk Witthayanant, Shutterstock.com

Con registro certificado

Gracias a esta metodología, la presencia de malos olores y de moscas bajó a niveles casi imperceptibles y cesó la presión sobre Triple A por parte de la autoridad ambiental y las comunidades vecinas a sus granjas. Incluso, esta empresa logró en 2015 el registro necesario para la comercialización de sus gallinazas compostadas como acondicionadoras de suelos ante el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA).

En esta gestión, Triple A contó con el acompañamiento de Indepro, firma especializada en estudios de eficiencia y análisis fisicoquímico de insumos para la actividad agrícola. “La gallinaza de Triple A se comercializa gracias a este registro con un valor tres veces mayor que a las no registradas; ha gozado de buena aceptación y es demandada por los grandes productores de arroz y pastos para la ganadería”, comentó Carmen Elena Muñoz, gerente de Indepro.

Muñoz y su firma consultora prestan servicios de asesoría y acompañamiento en sus registros a multinacionales como Basf, Dupont y Bayer. “Es conocido en el ámbito agropecuario suramericano que nuestras normas técnicas colombianas son bastante estrictas y que, si algo obtiene registro en nuestro país, es casi seguro que no tendrá problema en conseguirlo en los vecinos. Las gallinazas colombianas, como la de Triple A, podrían tener un mercado potencial interesante en lugares como Perú, donde necesitan rehabilitar suelos”.

Puerta abierta a más desarrollos

La Corporación Autónoma Regional del Tolima, Cortolima, es la autoridad ambiental en este departamento y es la entidad que más de cerca ha venido monitoreando el avance de Triple A en cuanto al manejo responsable de sus residuos, lo que a la postre le llevaría a evitar conflictos ambientales con sus vecinos.

Jorge Enrique Cardoso es el director general de Cortolima, quien reconoció que el proceso realizado por la empresa avícola es una experiencia valiosa de trabajo conjunto. “Con la intermediación del capítulo regional de la Asociación Nacional de Empresarios (Andi), convocamos a varias mesas técnicas que definieron los tiempos, las condiciones y el modo para que Triple A pudiera cumplir y, a partir de ahí, consolidar su proyecto de expansión en el departamento”.

Cardoso se refiere a que, gracias a la buena experiencia alcanzada con la explotación en el sector de Buenos Aires, donde la firma cumple con los estándares ambientales ordenados por las normas técnicas colombianas, Cortolima estudiaría con mayor y mejor conocimiento las nuevas licencias en trámite para otras instalaciones avícolas de Triple A.

“La empresa adelanta los estudios finales para un proyecto avícola de gran tamaño, uno de los más grandes que existen en lo referente a desarrollos agroindustriales en el centro de Colombia. Estará localizado en la zona rural del municipio de Alvarado, a 35 kilómetros al norte de Ibagué. Todavía no sabemos la dimensión, pero será gigante. Triple A está terminando estudios para volver a solicitar los permisos”, dijo el alto funcionario.

En el año 2015, Cortolima había negado una solicitud de licencia ambiental presentada para “la construcción y operación de una planta de aprovechamiento y valorización de residuos sólidos orgánicos biodegradables, mayor o igual a 20,000 toneladas anuales”. La licencia negada incluía permisos de ocupación de cauces, aprovechamiento forestal y permiso de vertimientos en los municipios colindantes de Alvarado y Piedras.

Finalmente, Cardoso aseguró a Industria Avícola que “los directivos de Triple A, en conjunto con su equipo técnico, han hecho una inversión de recursos financieros, en infraestructura, en recurso humano, para mejorar las condiciones de secado en la disposición final de la gallinaza. La corporación ha estado muy pendiente de apoyar este proceso y desde luego han presentado niveles de reducción importante en olores directos y ya están produciendo abonos orgánicos para mejoramiento de suelos”.

 

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