Brasil debe surgir de la crisis financiera relativamente intacto. Los economistas, que previamente esperaban un crecimiento de 4.5 a 5.5% para el año que entra, ahora esperan que sea entre 2.5 y 3.5%, nada mal, comparado con el escenario global, de acuerdo con UOL Economia.
Grupo Votorantim, un conglomerado industrial, dijo que tenía un pago de R$2,020 millones de reales para liquidar posiciones en derivados de moneda. Fue la tercera gran empresa en anunciar grandes pérdidas en apuestas de cambio y probablemente no será la última.
Los medios locales hablan de "subprime brasileño". Algunos observadores creen que va a haber más quiebras, en la medida en que más exportadores han sido forzados a admitir que se expusieron más allá de los límites indicables de los contratos de cambio, que trabajaron a su favor durante el largo camino del real de R$ 3.95 por dólar en octubre de 2002 a R$1.56 en mayo de este año, pero que se voltearon contra ellos durante su caída subsiguiente.
En general, las empresas brasileñas están mucho menos endeudadas que sus competidores extranjeros. La cantidad total de crédito en Brasil fue igual al 38% del producto interno bruto en agosto, mucho menos que en muchos países desarrollados.
En el nivel internacional, también Brasil está relativamente poco expuesto. El gobierno pagó gran parte de su deuda externa y ahora es acreedor del resto del mundo. Menos del 10% del crédito bancario se obtiene en el exterior. Las importaciones apenas representan el 9% del PIB, y las exportaciones, cerca del 12%.