A mediados del año se sigue haciendo la misma pregunta que se estaba haciendo a principios: ¿qué va pasar con las exportaciones de pollo? Y todavía no hay una buena respuesta. Después de dos tremendos años de exportaciones de productos avícolas, el 2006 parece que va a tener problemas. La razón principal: la Influenza Aviar, y los reportajes alarmistas al respecto, que ha creado temor en algunos países, y una baja en el consumo de productos avícolas.
Esta reducción ha sido lo bastante significativa como para reducir los niveles de exportación, lo que ha creado una situación de sobreoferta. Sin embargo los cálculos negativos que se han hecho, no necesariamente cuadran bien con los hechos. Además los hechos no son claros – dado que las mismas estadísticas son usadas por ambos lados del debate.
La realidad es que los principales exportadores – Brasil y Estados Unidos (EUA) - han reducido sus exportaciones este año, lo que ha creado grandes preocupaciones en toda la industria.
Esto es preocupante para otros países, debido a que la gran sobreoferta en los EUA ha reducido los precios de pollo significativamente, y existe el temor de que vaya a entrar pollo a precios de dumping. Este es uno de los temores de los países Centroamericanos que acaban de, o están por, firmar el acuerdo CAFTA con EUA. Es por eso que los problemas de los países exportadores se convierten en los problemas de todos.
En cuanto a las exportaciones, hay una gran cantidad de señales mixtas, que son difíciles de descifrar.
En Brasil, aunque la situación en los primeros meses del año fue bastante negativa, a partir de abril ya habían señales positivas. Por ejemplo, la Asociación Brasileña de Productores y Exportadores de Pollos (ABEF, por sus siglas en portugués) indicó que las cosas estaban mejorando en términos de las exportaciones y que el segundo semestre del año va a salir bien. Las cifras de exportación bajaron en diciembre, enero y febrero, pero marzo vio una leve recuperación. De ahí se espera que la situación sigua mejorándose, así conforme pasa el año.
En realidad los problemas en Brasil empezaron en noviembre con una combinación de sobreoferta de producto y una huelga aduanera, lo que creó un exceso de producto almacenado. Luego vino la reducción de exportaciones, que no ayudó a la situación. Al hablar con avicultores brasileños sobre la situación, lo único que es seguro es que nadie realmente sabe cómo va a terminar el año, dado que hay pronósticos de crecimiento así como decrecimiento. A principios del año el pollo se vendió a precios muy bajos en Brasil, lo que incrementó el consumo por persona significativamente en el primer trimestre del año. Para mayo, los precios se habían recuperado.
En los EUA, el 2005 terminó mal, debido a la baja en exportaciones, lo que afectó negativamente a la industria, por lo menos para el primer semestre del año. La producción de pollos creció mucho en enero y febrero, antes de que se comenzaran a hacer ajustes en la incubación de pollitos. Los precios de pollo permanecen bajos debido a está sobreoferta y una situación de exportaciones poco segura.
Un reportaje hecho por el Consejo de Ciencia y Tecnología Agrícola (CAST por sus siglas en inglés) en abril indica que aunque es demasiado temprano para analizar el impacto total sobre las exportaciones de EUA, es evidente que la cobertura intensiva de la IA por los medios de comunicación y todo lo que se habla de una posible pandemia, ha tenido un efecto negativo, por lo menos a corto plazo. Las bajas de consumo han causado un efecto en cadena que ha afectado la cantidad de pollo almacenado, lo que ha resultando en precios bajos. Esto por su parte ha afectado la cadena completa de oferta y demanda, incluyendo las materias primas y los alimentos balanceados.
Otra señal negativa se dio en abril cuando el USDA anunció que hay más carne de bovino y cerdo en el mercado, lo que ayudará a mantener bajos los precios de pollo.
Entre las señales positivas, que se dio a fines de marzo, es que el consumo de pollo en Europa estaba comenzando a recuperarse. Las ventas todavía están bajas, pero no tanto como antes. Por ejemplo, en Francia, cuando primero se descubrió IA, las ventas bajaron un 30%, pero ahora están del 7 al 10% por debajo del año pasado. Esto no es bueno, pero muestra una recuperación. En Alemania también se ha visto una reestabilización del consumo. Esto en parte porque no ha habido casos recientes y porque hay una campaña a nivel europeo de asegurarle al público que no hay peligro en consumir pollo adecuadamente cocido.
Del lado negativo, en Polonia y Hungría, el consumo no se ha recuperado. En Hungría se habla de cerrar plantas de proceso mientras que en Polonia las ventas cayeron un 18% desde que primero se descubrió IA por primera vez en el país. Rusia, que ha sido un importante mercado para las exportaciones, anunció en abril que iba a reducir sus importaciones el 30%, para ayudarle a la industria local.
Un reportaje hecho en abril por el Departamento de Agricultura de los EUA (USDA por sus siglas en inglés) sobre al impacto de IA en Europa, indica que los resultados han sido mixtos. En Europa Meridional se vieron bajas en el consumo, que redujo los precios significativamente, e incrementó el almacenaje de pollo. En Europa Occidental el impacto principal es el de reducir las oportunidades de exportación, que es importante para países como Francia. En Europa Central parece que la reacción negativa inicial de los consumidores ha pasado (comentario que no cuadra con el análisis anteriormente presentado). En Europa Septentrional no se ha reportado ninguna reacción por parte de los consumidores.
Añadiéndose a la confusión, el USDA ha pronosticado un año positivo para los países exportadores, con un crecimiento del 5.5% en el 2006 en comparación con el 2005. Este pronóstico se hizo a fines de marzo y es una revisión del crecimiento anteriormente calculado. (La industria avícola brasileña no cree que este pronóstico se vaya a lograr). Sin embargo, Naciones Unidas pronostica que las exportaciones de pollo serán de 500,000 toneladas menos que el año pasado o sea el 5.8% menos de las 8.6 millones de toneladas exportadas el año pasado.
Entonces, ¿qué podemos concluir de todo esto? Hay desacuerdos importantes entre los expertos sobre lo que va a pasar. Desafortunadamente terminamos donde empezamos – sin saber lo que va a pasar. Yo creo que es más realista ir con los resultados menos optimistas, que las exportaciones este año serán menores que las del año pasado, y de ahí planear la trayectoria que debe tomar la industria.