El uso de antibióticos en la avicultura continúa siendo una encrucijada

Desde años se han realizado advertencias sobre el uso indiscriminado de los antibióticos, pero lamentablemente a través del tiempo este problema se ha acentuado y la resistencia a éstos aumenta, sin encontrar una solución concreta hasta el momento desde las diversas áreas. Es así como se observa que las bacterias relacionadas con las enfermedades infecciosas que se transmiten de animales a humanos a través de la alimentación han adquirido una gran resistencia a los antibióticos y se han convertido en una importante amenaza para la salud pública, complicando la seguridad alimentaria.

Desde años se han realizado advertencias sobre el uso indiscriminado de los antibióticos, pero lamentablemente a través del tiempo este problema se ha acentuado y la resistencia a éstos aumenta, sin encontrar una solución concreta hasta el momento desde las diversas áreas. Es así como se observa que las bacterias relacionadas con las enfermedades infecciosas que se transmiten de animales a humanos a través de la alimentación han adquirido una gran resistencia a los antibióticos y se han convertido en una importante amenaza para la salud pública, complicando la seguridad alimentaria.

Recientemente se ha desarrollado una investigación en la Universidad de Maryland en EUA, la cual ha revelado que una alternativa eficaz sería producir aves en granjas avícolas ecológicas, ya que se combatiría con más fuerza la resistencia bacteriana a los antibióticos. Este se trata del primer estudio que demuestra que el número de bacterias resistentes a los antibióticos es significativamente inferior en las aves de producción ecológica, que en las aves producidas en granjas convencionales o comerciales.

De acuerdo con los científicos de la investigación, la disminución a gran escala del uso de medicamentos puede resultar en inmediatas y significantes reducciones en el nivel de resistencia de algunas bacterias. En el caso de los enterococos, el número de bacterias resistentes llegó a 67% granjas comunes examinadas, entre tanto en las granjas orgánicas, el número se redujo drásticamente a 18%.


Los investigadores señalaron que esperaban observar algunas diferencias en los niveles de enterococo resistente a los antibióticos en las granjas cuando hacían la transición a prácticas orgánicas. "Sin embargo, nos sorprendió ver que las diferencias fueron tan significativas en varias clases distintas de antibióticos, incluso en el primer lote tras la transición a estándares orgánicos", señaló la autora que lideró el estudio, Amy Sapkota, profesora asistente del Instituto Maryland de Salud Ambiental Aplicada.


"Elegimos estudiar el enterococo porque estos microorganismos se encuentran en todas las aves, tanto de granjas orgánicas como convencionales. El enterococo también es un patógeno oportunista notable en pacientes humanos hospitalizados", afirmó Sapkota.

Hace tres años atrás, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, EFSA, indicaba que utilizar antibióticos en la alimentación no es una buena solución. Este organismo en esa fecha mostraba su preocupación por la resistencia a los antibióticos que ofrecen los microorganismos patógenos. Porque existen varios procesos, por ejemplo, utilizar antibióticos en la alimentación de las aves en dosis reducidas como una medida preventiva para que los animales que se consumen como alimento no se enfermen. A través de esta práctica, las bacterias generan resistencia utilizando los integrotes, elementos móviles que permiten transmitir la información genética de la resistencia adquirida de una a otra bacteria, por eso poco a poco, cada generación es más resistente.


Estudios como el mencionado de la Universidad de Maryland hacen que se replantee el modelo productivo animal como una forma de luchar contra la resistencia que están adquiriendo los microorganismos y además mejorar la calidad de la alimentación. Sin embargo, los científicos indican que los estudios e investigaciones continúan y que es necesario comprobar los resultados dentro de algunos años. 

Hasta este instante el dilema continúa, este tema se aborda desde hace mucho tiempo y habitualmente los investigadores llegan a la misma deducción: encontrar mayor información y programar una estrategia distinta sobre el uso de los antibióticos.

Ciertamente, es necesario controlar la administración de este tipo de productos en los animales de consumo humano, pero primariamente es fundamental extremar las medidas de bioseguridad para evitar la contaminación patógena.  

Desde años se han realizado advertencias sobre el uso indiscriminado de los antibióticos, pero lamentablemente a través del tiempo este problema se ha acentuado y la resistencia a éstos aumenta, sin encontrar una solución concreta hasta el momento desde las diversas áreas. Es así como se observa que las bacterias relacionadas con las enfermedades infecciosas que se transmiten de animales a humanos a través de la alimentación han adquirido una gran resistencia a los antibióticos y se han convertido en una importante amenaza para la salud pública, complicando la seguridad alimentaria.

Recientemente se ha desarrollado una investigación en la Universidad de Maryland en EUA, la cual ha revelado que una alternativa eficaz sería producir aves en granjas avícolas ecológicas, ya que se combatiría con más fuerza la resistencia bacteriana a los antibióticos. Este se trata del primer estudio que demuestra que el número de bacterias resistentes a los antibióticos es significativamente inferior en las aves de producción ecológica, que en las aves producidas en granjas convencionales o comerciales.

De acuerdo con los científicos de la investigación, la disminución a gran escala del uso de medicamentos puede resultar en inmediatas y significantes reducciones en el nivel de resistencia de algunas bacterias. En el caso de los enterococos, el número de bacterias resistentes llegó a 67% granjas comunes examinadas, entre tanto en las granjas orgánicas, el número se redujo drásticamente a 18%.


Los investigadores señalaron que esperaban observar algunas diferencias en los niveles de enterococo resistente a los antibióticos en las granjas cuando hacían la transición a prácticas orgánicas. "Sin embargo, nos sorprendió ver que las diferencias fueron tan significativas en varias clases distintas de antibióticos, incluso en el primer lote tras la transición a estándares orgánicos", señaló la autora que lideró el estudio, Amy Sapkota, profesora asistente del Instituto Maryland de Salud Ambiental Aplicada.


"Elegimos estudiar el enterococo porque estos microorganismos se encuentran en todas las aves, tanto de granjas orgánicas como convencionales. El enterococo también es un patógeno oportunista notable en pacientes humanos hospitalizados", afirmó Sapkota.

Hace tres años atrás, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, EFSA, indicaba que utilizar antibióticos en la alimentación no es una buena solución. Este organismo en esa fecha mostraba su preocupación por la resistencia a los antibióticos que ofrecen los microorganismos patógenos. Porque existen varios procesos, por ejemplo, utilizar antibióticos en la alimentación de las aves en dosis reducidas como una medida preventiva para que los animales que se consumen como alimento no se enfermen. A través de esta práctica, las bacterias generan resistencia utilizando los integrotes, elementos móviles que permiten transmitir la información genética de la resistencia adquirida de una a otra bacteria, por eso poco a poco, cada generación es más resistente.


Estudios como el mencionado de la Universidad de Maryland hacen que se replantee el modelo productivo animal como una forma de luchar contra la resistencia que están adquiriendo los microorganismos y además mejorar la calidad de la alimentación. Sin embargo, los científicos indican que los estudios e investigaciones continúan y que es necesario comprobar los resultados dentro de algunos años. 

Hasta este instante el dilema continúa, este tema se aborda desde hace mucho tiempo y habitualmente los investigadores llegan a la misma deducción: encontrar mayor información y programar una estrategia distinta sobre el uso de los antibióticos.

Ciertamente, es necesario controlar la administración de este tipo de productos en los animales de consumo humano, pero primariamente es fundamental extremar las medidas de bioseguridad para evitar la contaminación patógena.  

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