México no se caracteriza por ser una nación exportadora de productos avícolas, a diferencia de Brasil, debido a varios factores. Es por eso que la Unión Nacional de Avicultores (UNA) señaló que "la apertura de México a las importaciones de pollo provenientes de Brasil ponen en riesgo al sector avícola nacional pues no existe equidad de competitividad en este rubro", según se informa en el periódico El Financiero, de México.
El argumento que se esgrime es que en estos momentos la avicultura mexicana se está recuperando de la influenza aviar que generó grandes pérdidas, mientras que la industria brasileña ha tenido acceso en los últimos 30 años a los principales insumos a un menor precio, con lo que es difícil competir, pues dichos insumos básicos, como los granos, representan el porcentaje más alto de la producción de pollo y huevo.
Brasil es el mayor exportador de pollo en el mundo. Mientras que en México no existen subsidios a la exportación de productos cárnicos, en Brasil los productores cuentan con subsidios directos por parte del gobierno. Esto le ha permitido penetrar a mercados como los de Medio Oriente o Europa, además de que el gobierno brasileño tiene medidas fitosanitarias que hacen prácticamente imposible la entrada de productos avícolas mexicanos a ese país.
Otro de los aspectos es el flujo importante de financiamiento con que cuenta la industria avícola brasileña, al tiempo que en México, este flujo es incipiente.
En las condiciones actuales del mercado mexicano, las importaciones van a contribuir a una mayor desestabilización del mercado, que junto con el incremento de los costos de operación que no han pasado al consumidor mexicano, son factores que preocupan a los avicultores.