Integrada a la cadena de valor de la producción de carne, la industria brasileña de alimentos balanceados ha sido impulsada por las crecientes ganancias de escala, al igual que constituye uno de los vínculos esenciales para poder conectar la granja al tenedor.
El motor de este círculo virtuoso es la producción ganadera, que ha estado logrando mayores récords nunca antes vistos, promovidos principalmente por un aumento en la demanda nacional y el flujo continuo de producción de carnes que han proporcionado los mercados internacionales en busca de proteína animal.
“Sin embargo, la agitación empezó a mediados de 2007, disparada por los costos más altos de ingredientes de alimentos balanceados, tales como el maíz, aditivos y fosfatos, bastante dependientes de la precursores de la energía, petróleo y químicos, que han perjudicado gravemente la rentabilidad de varios participantes, entre los que se incluye a los fabricantes de premezclas, suplementos minerales y alimentos balanceados”, dijo el Dr. Ariovaldo Zanni, presidente ejecutivo de la Asociación Brasileña de Fabricantes de Alimentos Balanceados.
Sin la forma usual de cómo pasar el costo completo adicional, el sector ha estado tratando de aliviar este efecto a través de diferentes iniciativas para poder defender su sustentabilidad, tales como la implementación de la buenas prácticas de fabricación, dar a conocer nuevas soluciones de nutrición para un mejor desempeño técnico, promoción de la eficiencia ecológica y la conservación del ambiente.
“La devaluación del dólar estadounidense a lo largo de 2007 contra el real alivió el impacto de los crecientes precios de commodities, tales como el maíz, soya y trigo. En contraposición, si el dólar de EUA no hubiera caído, el efecto del incremento del costo nos hubiera afectado drásticamente", dijo Zanni.
Considerando el dólar estadounidense, desde 2003 el precio promedio del alimento balanceado ha ido lentamente en aumento. Sin embargo, solamente a lo largo de 2007 subió por arriba del 32%, para llegar al nivel de $240.00 dólares/TM.
A pesar de que el maíz se cosecha localmente, se le da valor a través de la Bolsa de Granos, cuyo costo ha sufrido una presión más fuerte, motivado principalmente por el cambio del maíz al etanol en EUA, así como por el apetito de la UE de granos no modificados genéticamente.
El precio de los aditivos importados estuvo influido por el incremento en el costo del petróleo, energía, fletes y químicos, además de una multitud de problemas que enfrentan los proveedores asiáticos debido a la contaminación ambiental, el cambio climático y la logística.
La mayor demanda de EUA del etanol, el aumento de la superficie cultivada en China y la India y el costo explosivo de las materias primas, azufre y roca fosfórica, han determinado un fuerte incremento del precio de los fosfatos.