Una propuesta de la Comisión Europea ha formulado dos significativos cambios en la normativa sobre los alimentos suministrados en la ganadería ecológica. Una de las modificaciones se refiere a que todos los monogástricos se tendrían que alimentar, a partir del 1 de enero de 2012, con alimentos 100% ecológicos.
Esta disposición ha originado gran inquietud en el sector avícola del Reino Unido, el cual considera que este cambio conduciría a raciones desequilibradas desde un punto de vista nutricional, y que afectarían negativamente al bienestar y desarrollo de las aves.
En lo que respecta a la otra modificación, ésta se refiere a que 50% de la alimentación para monogástricos y 80% en el caso de rumiantes tiene que proceder de la propia explotación o de la región donde esté la instalación. Los avicultores británicos consideran que esta medida es desproporcionada y que supondría una importante restricción para la producción ecológica.